Para
las mujeres de mediana edad que tienen dificultades con el peso, una
serie de hallazgos científicos recientes suena demasiado buena para ser
verdad. Y los investigadores advierten que puede que así sea.
Unos
estudios realizados en ratones indican que una sola hormona cuyos
niveles se elevan durante la menopausia puede ser responsable de la
característica redistribución del peso en la edad madura en el abdomen,
que provoca que la figura de muchas mujeres cambie de “pera” a
“manzana”. Al mismo tiempo, esta hormona podría impulsar la pérdida de
masa ósea.
En
los estudios con ratones, bloquear la hormona resuelve esos problemas:
aumenta las calorías quemadas, reduce la grasa en el abdomen, desacelera
la pérdida de masa ósea e incluso promueve la actividad física.
La
idea de que una intervención tan simple pueda resolver dos grandes
problemas de la menopausia ha sido objeto de la atención de los
investigadores y ha suscitado comentarios en prestigiosas revistas
especializadas como
New England Journal of Medicine y
Cell Metabolism.
“Es
una idea superinteresante”, dijo el Dr. Daniel Bessesen, un experto en
obesidad y profesor de Medicina en la Facultad de Medicina de la
Universidad de Colorado. Añadió que, ante el
aumento en la obesidad, “definitivamente necesitamos nuevas ideas”.
El
trabajo comenzó cuando el Dr. Mone Zaide, profesor de Medicina en la
Facultad de Medicina Icahn del Hospital Monte Sinaí, en la Ciudad de
Nueva York, se preguntó si una hormona reproductiva —la hormona
foliculoestimulante o FSH, por su sigla en inglés— afecta la densidad
ósea.
Se
supuso durante mucho tiempo que el papel de esta hormona estaba
limitado a la reproducción; la FSH estimula la producción de óvulos en
las mujeres y de esperma en los hombres.
Los
investigadores sabían que los niveles en sangre de la FSH se disparan
cuando los ovarios comienzan a fallar antes de la menopausia. Al mismo
tiempo, las mujeres pierden masa ósea con rapidez, incluso si se
mantienen constantes los niveles de estrógeno, que ayudan a preservar
los huesos.
El
Dr. Zaidi pensó que la FSH podría ser culpable de la pérdida ósea. Así
que él y sus colegas crearon un anticuerpo para bloquear la FSH en
ratones de sexo femenino a los que se les habían extirpado los ovarios.
Como
las ratonas no estaban produciendo nada de estrógeno, deberían haber
estado perdiendo masa ósea. De hecho, la médula ósea de tales ratonas
por lo general se llena de grasa en lugar de desarrollar células óseas.
Lo mismo sucede en las mujeres: por eso sus huesos pierden densidad. Sin
embargo, en el laboratorio del Dr. Zaidi, las ratonas que recibieron el
anticuerpo no desarrollaron una médula espinal llena de grasa y, para
gran sorpresa de este investigador, perdieron grandes cantidades de
grasa.
“Este
es un hallazgo muy extraño”, recuerda que le dijo su amigo el Dr.
Clifford J. Rosen, un especialista en huesos del Instituto de
Investigación del Centro Médico de Maine. El Dr. Zaidi convenció al Dr.
Rosen de ayudarlo a repetir los experimentos de manera independiente,
cada uno en su propio laboratorio.
El
principio, el Dr. Rosen dudaba: “Dije: ‘No lo creo; creo que no va a
funcionar y costará mucho dinero’”. Sin embargo, recibió una beca para
llevar a cabo esta investigación, y los dos laboratorios la realizaron.
Dos
años y medio después, ya tenían sus resultados: estos reproducían los
hallazgos originales del Dr. Zaidi. Los investigadores también
plantearon una teoría que podría explicar las tasas metabólicas
aumentadas en ratones con la FSH bloqueada.
Hay
dos tipos de grasa en el cuerpo: la grasa blanca, que principalmente
almacena energía, y la grasa parda, que quema calorías y se deshace del
calor.
La
grasa parda es más común en los niños, pero los investigadores han
descubierto que los adultos también la tienen en cantidades pequeñas. En
los ratones experimentales, la grasa blanca se convirtió en grasa
parda.
Por
lo pronto, el Dr. Rosen no está emitiendo un juicio sobre si los
resultados serán aplicables a humanos. “Creo que la idea cuenta con algo
de credibilidad”, dijo. “Pero ¿significa algo? No lo sé”.
Por
otra parte, ellos no son los únicos investigadores que encontraron un
vínculo entre la obesidad y la extraña interacción entre las hormonas.
Wendy
Kohrt, profesora de Medicina en la Universidad de Colorado, ha estado
estudiando los efectos de la menopausia en la grasa corporal de las
mujeres y la cantidad de grasa que queman. La Dra. Kohrt les ha dado a
mujeres premenopáusicas un medicamento que bloquea la producción de
estrógeno y FSH, lo que las lleva a un estado reversible de menopausia.
Encontró
que a los cinco meses la grasa de las mujeres se va a su abdomen,
aumentando en un 11 por ciento en promedio. Además, queman 50 calorías
menos al día.
El
efecto se revierte cuando las participantes dejan de tomar el
medicamento o cuando la Dra. Kohrt les da estrógeno. Algo similar ocurre
en los hombres, aunque no está claro que la FSH sea la única causa,
dijo el Dr. Michael W. Schwartz, director del Centro de Investigación
sobre Nutrición y Obesidad de la Universidad de Washington.
Los
hombres con cáncer de próstata avanzado a menudo toman Lupron, un
medicamento destinado a detener la producción de testosterona, la cual
alimenta sus tumores. A menudo suben de peso y acumulan grasa en el
abdomen. Este medicamento también bloquea la producción de FSH, y los
estudios en ratones sugieren que esto debería prevenir el aumento de
peso. Eso puede deberse a la pérdida de testosterona.
Sin
embargo, en experimentos en los que se administró tanto Lupron como
testosterona a hombres —y se dejó a la FSH como la única hormona
bloqueada— estos siguieron sin subir de peso. Por lo tanto, claramente
la FSH no es el único factor en juego.
No
obstante, el sueño de contar con una manera fácil de prevenir el
aumento de peso abdominal es tan atractivo que uno desearía que la nueva
propuesta fuera verdad, dijo el Dr. Philipp E. Scherer, un profesor de
Medicina Interna del Centro Médico de la Universidad de Texas
Southwestern.
Ha
observado demasiados estudios con ratones que fallan en humanos como
para estar convencido de que este tendrá éxito. “Estaré al margen,
esperando”, dijo.
El
Dr. Zaidi no se desanima. Ya está preparando las pruebas con el
anticuerpo anti-FSH en humanos. “No tengo ni la menor idea de si
funcionará en humanos”, dijo.
Fuente: https://www.nytimes.com/es/2017/08/22/aumento-peso-fsh-menopausia/?rref=collection%2Fsectioncollection%2Farchive&action=click&contentCollection=salud®ion=stream&module=stream_unit&version=latest&contentPlacement=6&pgtype=collection